domingo, 3 de junio de 2012

El Viaje



Un paso sigue al otro y al mirar atrás hay un todo un camino recorrido. En lo profundo de los pensamientos reflexivos, a fin de cuentas, lo que importa es lo distinto del paisaje al que llegamos. ¿A caso sería un paisaje desolado, oscuro, casi inhóspito al que nos tendríamos que ir acostumbrado, o por el contrario, estaría dotado de luz y de vida que se nos reflejaría y haría brillar?

Algo es cierto, nunca es igual al que dejamos al comenzar el viaje. Y ¿Qué preparamos para emprenderlo? Llevaremos todo, las más indispensables cosas que nos guían y definen  y las más insignificantes cosas que nos adornan y nos muestran. Pero sobre todo espacio. Espacio para acopiar lo que nos brinde el camino.

Tal vez no sea el destino más que el suceso de haber llegado, por lo que deduciríamos que el camino fue lo fundamental en viaje. ¿Por qué? Por el espacio que hemos logrado llenar. Y una vez llegado al destino… vaciamos todo para armar de nuevo y volver a viajar.

domingo, 6 de mayo de 2012

CREANDO UN MUNDO

La ilusión de la creación perfecta

Sus imaginaciones superaban los límites normales y tenían todo un mundo como materia prima para crear. Tenían las intenciones, tenían las ideas, tenían el tiempo y una visión infinita, pero al verlas, sus manos eran demasiado pequeñas para el emprendimiento.

Le preguntaron a Él, fuente de sabiduría: ¿qué nos aconsejáis?

Él les respondió: crearais lo pequeño y aquello creará lo grande, controlarais lo pequeño y aquello controlará lo grande, pero os advierto que si ignoráis el detalle de lo pequeño, nada seriáis vuestro al terminar.

Y así fue, crearon lo más pequeño. Con sus maravillosas manos hicieron algo a su medida, y por vanidad tal vez, teniendo el poder y la liberad para usarlo, aún sabiendo que no hay pecado que no sea cobrado… hicieron un semejante.

El universo es irónico a veces y utiliza las matemáticas de la creación para burlarse de los creadores... o más bien ejecutar su sentencia de la ley del Karma.

Lo pequeño tenía intenciones medidas, sobrevivir y crear descendencia era su premisa, poseía un mundo como materia prima, su hábitat, y tenían un tiempo, aunque limitado. Sin embargo, un solo cálculo estaba fuera de sus parámetros. Un múltipo de uno con infinito sigue dando infinito. Ellos no vieron el detalle en la ecuación, y lo pequeño poseía una visión ilimitada. Y a demás, su vanidad.

Poseer visión implica llevar la virtud de tener deseos, los deseos que su capricho demandase. Un deseo se lleva a cabo con una pasión, pasión que es alimentada por ver la realización de un anhelo. Y solo un sueño de grandes dimensiones hacía falta… alcanzarlos a Ellos, sus creadores.


El despertar de los hijos

Con ese afán del novato y la vitalidad de la juventud, lo pequeños iniciaron su propio viaje hacia la evolución con su única meta a conseguir… alcanzarlos.

Individualmente cada uno hizo lo propio, utilizó todo lo que tenía a su alcance para protegerse, subsistir, generar su descendencia y proporcionarle la seguridad de su supervivencia. Al verse finito y demasiado pequeño para su entorno, tuvo la visión apropiada de unir fuerzas a otro par, y a otro, y así formó una propia comunidad que lo protegería, junto a la cual lograría subsistir lo suficiente para cumplir su meta o dejar su legado a su descendencia.

La comunidad, a diferencia de sus individuos, crece en gran tamaño y fortaleza, convirtiéndose en las arquitectas de su entorno, el cual a su vez aumentaba sus proporciones. Ellos estaban viendo su sueño realizarse, así como lo había predicho Él, lo pequeño podía crear lo grande. Y decidieron interferir dándoles indicios para alcanzarlos a cada comunidad.


Herramientas y poder

Había tantas comunidades de pequeños como Ellos podían imaginar y a pesar de habérseles ofrecido los mismos indicios a cada una, había tantas visiones y anhelos que algunas comunidades comenzaron a pensar que otras buscaban lo opuesto e incluso que se les oponían a su propia existencia. Así comenzó la carrera por la supervivencia y por cumplir la meta.

Para ello las comunidades habían creado las más variadas herramientas. Sus inconmensurables visiones les permitieron crear múltiples líneas de pensamientos, razonamientos, deducciones y planteos, dogmas y diversas doctrinas, religiones y ciencias. Todo ello apuntando a una única meta… alcanzarlos.

Pero en su afán de conseguirlo, la carrera se tiñó de barbarie. Los pequeños eran jóvenes, vitales y compulsivos. Su visión los superaba pero a toda costa deseaban cumplirla sin importar el costo. Como su sueño era tan desmedido con respecto a sus solitarias existencias llegaron a la única conclusión posible, formar una única y gran comunidad cuyo poder sea tan grande como para alcanzarlos. Pero para unirlas debían poseer herramientas en común o entrelazarlas, pero su vanidad, cualidad heredada de sus creadores, no lo permitiría.


El ocaso de los sueños

Su emprendimiento fue colosal y una vez en marcha solo el colapso por causado por su propia creación lo detendría.

Los pequeños se habían hecho grandes muy rápidamente, pero seguían siendo jóvenes. La lucha por alcanzar la meta desató su máximo potencial, de creatividad y de locura. El ideal de la unión de cada comunidad, tuvo su desenlace en el sometimiento y la rebeldía. Su meta volvía a ser la premisa… sobrevivir.

Ellos se dieron cuenta tarde del error cometido. Las palabras de Él fueron certeras. No podrían adelantar la destrucción de su obra, más cuando el ocaso finalmente haya concluido habrán tenido ya una experiencia, otra oportunidad, y sobre todo, elegirán las cualidades de sus hijos con más precaución y paciencia.