domingo, 26 de julio de 2009

A un paso de la Inteligencia Artificial Humana

Un cerebro artificial para determinar dónde nace la inteligencia

Durante los últimos cuatro años, Henry Markram ha estado construyendo un cerebro artificial biológicamente fidedigno.

Propulsado por una supercomputadora, su modelo de software imita la actividad de una parte vital de la materia gris de una rata.
Apodado Blue Brain, la simulación muestra un comportamiento extraño. Las "células" artificiales responden a los estímulos y de repente emiten pulsaciones y se encienden al unísono, un patrón que no está programado sino que surge de modo espontáneo.

Este tipo de comportamiento sincronizado es común en los cerebros de materia viva, donde se cree que indica un paso básico en la toma de decisiones. Pero cuando surge en un sistema artificial, es más sorprendente.

Blue Brain está siendo desarrollado en el École Polytechnique Fédérale de Lausanne, en Suiza. Los científicos de Blue Brain esperan que su modelo de computadora pueda esclarecer partes del enigma, y posiblemente hasta replicar la inteligencia de alguna manera.

¿En que forma creés que termine todo esto?

1. servicial Robotina... 2. sentimental Robin Willams.... 3. egocéntrico Bender

4. dictatorial Yo robot... 5. dominate despiadado T2... 6. esclavizadora Matrix

viernes, 24 de julio de 2009

La peor hora de los K. Por Marcos Aguinis

Se que esto es bastante extenso, pero vale la pena leerlo, recordarlo, y tenerlo en cuenta para no cometer futuros errores, como acostumbramos en este país.

Hace un par de días hubo un comentario sobres este gobierno y sobre lo que es "Capitalismo de amigos" , quizás una de la más nefasta clase de capitalismo. Nefasta para los pueblos.
En esta nota Aguinis, también lo menciona.

La peor hora de los K Por Marcos Aguinis

No es bueno hacer leña del tronco caído, suelen decir los sabios. Pero en la Argentina hierve esa tentación. Néstor Kirchner se ha obstinado en provocar tanto daño a nuestra institucionalidad para mantener su hegemonía, que resulta difícil contener la catarata de fobia que ya suscita su sola presencia. Ahora es necesario mantenerse atentos contra los embates ciegos que nazcan de su rabia. La Argentina necesita gobernabilidad, paz interior y medidas consensuadas para hacer frente a los monumentales problemas que se alzarán en el futuro próximo.
Para ordenar el cúmulo de temas que inspira la severa derrota sufrida por el oficialismo y las consecuencias que colorean el horizonte, empezaré por el protagonista central de la batalla que tuvo lugar en el reciente comicio: Kirchner.
Es un hombre que apareció en la política pocos años después de haberse recuperado la democracia. Antes había tenido una pálida e irrelevante participación en los movimientos de la izquierda comandada por Montoneros y luego se escondió en la remota Santa Cruz con su reciente título de abogado para hacer fortuna mediante la ejecución de hipotecas. Como es sabido, la ejecución de hipotecas suele terminar con el arrebato de heladeras, muebles y hasta casas de quienes no pueden pagar sus deudas. Ahí no funcionan los principios de la clemencia ni de la justicia social. Lo acompañó en este trabajo su esposa Cristina Fernández. Para evitar cualquier riesgo –o quizás por oportunismo- jamás firmó él ni ella un solo habeas corpus para defender a alguien perseguido por la dictadura, y esto marca una notable diferencia con numerosos profesionales que en aquel tiempo se jugaron la vida en favor de sus semejantes. Además, cultivó buenas relaciones con los oficiales destacados en Río Gallegos, lo cual no implica delito, sino un asombroso contraste con el odio que luego lo invadió contra todos los uniformados y hasta la misma institución nacional de las Fuerzas Armadas.
Se convirtió en un hombre muy rico. Le importaba aumentar de forma continua su patrimonio. Se le arraigó la cultura de la especulación y nunca entendió la cultura de la producción. Para él uno acumula cuando quita algo a otro, no cuando invierte, pierde, vuelve a invertir, suda, persevera y obtiene finalmente una ganancia. Se le consolidó una incomprensión ciega hacia el campo –que no conoce- y todo tipo de producción vinculada con el riesgo y la limpia competencia –que jamás practicó.
Fue intendente y más adelante gobernador. Como gobernador desarrolló todos los males que reproduciría en mayor escala como Presidente. Recuerdo que antes de asumir fue publicado un artículo de investigación periodística sobre "El feudo de Santa Cruz". Ahí se denunciaba el autoritarismo desembozado de Kirchner y su voracidad por el poder absoluto. Había modificado la Constitución provincial para llegar a ocupar el sitial de gobernador durante tres períodos seguidos. Cuando le entregó el mando a su sucesor, porque debía partir hacia la Capital Federal como Presidente, dijo que "le prestaba" la provincia. Es un chiste y, como todo chiste –lo sabemos desde Freud- carece de inocencia. Modificó el Tribunal Supremo para que no le condicionara sus caprichos. Manipuló a la prensa. Hizo difícil la vida de los opositores. Convirtió a su esposa en senadora de la Nación. Y zalameó a Carlos Menem como "el mejor Presidente argentino" para obtener sus favores. Hacia el ocaso de Menem empezó a manifestar, junto con Cristina, cierto aire diferencial, con la vista puesta en los nuevos y aún inciertos tiempos que se venían. Ese artículo de investigación molestó mucho al matrimonio, que no estaba acostumbrado a recibir críticas y jamás se había mirado en el espejo.
Como Presidente aumentó su tendencia a la crueldad y el arrebato. Abofeteó a diestra y siniestra. No hubo casi sector que no recibiese sus agravios: inversores extranjeros, Fuerzas Armadas, jueces, periodistas y medios de comunicación, empresarios nacionales, políticos opositores. Sólo se cuidó con los sindicatos. Y pretendió convertirse en el adalid de los Derechos Humanos mediante la alianza con figuras lamentables como Hebe de Bonafini y la persecución excluyente de militares, sin ocuparse de los delitos de lesa humanidad realizados por organizaciones terroristas, como determina la Corte Penal Internacional. En síntesis, creció exacerbando el odio entre los argentinos, un mal de larga tradición que había comenzado a ceder a partir del Preámbulo constitucional que recitó Alfonsín en su campaña y los esfuerzos por ajusticiar sólo a los principales responsables de la tragedia vivida por nuestro país, con el deseo de llegar a un nuevo Acuerdo de San Nicolás (que se adelantó en un siglo a los Pactos de la Moncloa ). El objetivo era poner las máximas energías en el futuro, no en el pasado. Kirchner, a la inversa, procuró que vivamos en el pasado, cargándonos de resentimiento e insatisfacción, para mandarnos con su omnipotente voluntad. Y mantenernos ciegos ante el futuro. Por eso jamás expresó un sueño sobre la Argentina ni puso en marcha ninguna política de Estado.
Consiguió transformarse en la figura central del país. Llegó a ser casi un rey absolutista, para quien no hay diferencias entre su persona, el Estado y el gobierno. Jamás reunió al gabinete, ni respondió a preguntas de la prensa, ni dialogó distendido con nadie que pensara de otra forma. Manipuló directa e indirectamente a la prensa , que quedó prisionera de la pauta publicitaria oficial; logró que amigos obsecuentes se adueñasen de diarios, revistas, radios y canales de TV. Creó el "capitalismo de amigos" mediante privilegios a quienes estaban dispuestos a ser sus socios, o cómplices, o testaferros, o donantes. Compró diputados, como el sonado asunto de la "borocotización". Marginó al peronismo para ensayar la transversalidad y luego, al percibir su fracaso, se apoderó del partido, aunque ya no era el partido de otros tiempos. Tuvo la desfachatez de designar su sucesor en la Presidencia de la Nación como si viviésemos en una monarquía, sin siquiera simular algo parecido a una elección interna. Y esa designación traía el pecado del más arcaico nepotismo. Convirtió a la Argentina en un país desconfiable y oscilante. Que en la Cumbre de las Américas ayudó a la fabricación de una Anti-cumbre comandada por el monigote de Hugo Chávez. Se rodeó de funcionarios corruptos. Transformó al Consejo de la Magistratura en el patíbulo donde se degollaría a jueces y fiscales que se atreviesen a juzgar los desaguisados del gobierno. Hubo escándalos en cadena que no se esclarecen: los cientos de millones de los fondos de Santa Cruz aún sumidos en el misterio, el caso Skanska, los maletines de Antonini Wilson para la campaña de Cristina, el bolso de la ministra de Economía, los negocios de Jaime, los negocios de De Vido, los negocios del juego, las irregulares compras de tierra en el Calafate, y otros numerosos asuntos que deberían ser motivo de serias investigaciones y sanción.
Por fin, llegamos a los recientes comicios parlamentarios. Insisto: parlamentarios. Pero Kirchner quiso hacer de ellos un plebiscito que le inyectara más fuerza a su autoritarismo insaciable. Con el propósito de saltearse la atmósfera negativa que reinará en el segundo semestre de este año por el aumento de la inflación y el descalabro financiero que padecerán todas las provincias, él decidió efectuarlas seis meses antes. Pero, además, se le ocurrió una idea que será incorporada al Libro Guinness de los hechos extraordinarios: las candidaturas testimoniales. Asombroso. Es un agravio no sólo a la Constitución , sino el principio más antiguo del acto comicial. Se trata de un absurdo irrefutable que alguien se presente como candidato para un cargo público, que deberá ser refrendado por el pueblo, con el propósito de no asumirlo. Cosa semejante no se ha visto en el mundo. Es propio de un sainete. El sainete en que Kirchner convirtió a estas elecciones para ganar a toda costa. Inclusive obligó al gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país, a violar un artículo de su misma constitución, cosa que en un país serio alguna vez deberá ser debidamente castigada. Si Kirchner pudo cometer semejante mamarracho con el gobernador, no iba de dejar de exigirle la misma desvergüenza a los intendentes, forzándolos a ser también candidatos testimoniales.
Pese al "clientelismo" que llevó a su pináculo con regalos, inauguraciones y re-inauguraciones, besos a cualquier humano o cosa que se le pusiera delante, forzar su risa, sonrisa y tono de voz sereno tan lejanos de su carácter, ¡perdió en todas partes! No sólo en la provincia de Buenos Aires, el único reducto que le permitiría presentarse como ganador aunque se le esfumase la mayoría en el Congreso, sino en su natal Santa Cruz. Pero una ofensa mayor se la abofetearon los intendentes a quienes había exigido presentarse como testimoniales, porque hubo demasiados cortes de boleta en la que los ciudadanos perdonaban el pecado de los intendentes, pero no quisieron votar por Kirchner. Ya corren rumores de que en el mismo Hotel donde esperaba los resultados, su mentalidad paranoide comenzó a calificarlos de traidores. Gritaba enfurecido y ordenó apagar el aire acondicionado para que se fuese la prensa, porque no quería hablar. Lograron tranquilizarlo un poco y hacerle entender que debía hablar, aunque ya eran más de las 2 de la madrugada. Su discurso amargo fue aceptable. Y prometió ayudar a la gobernabilidad. No dijo, claro, que esa gobernabilidad dependerá de un cambio de estilo: respeto, diálogo y consenso.
Pese a su derrota, Néstor Kirchner será diputado de la Nación. Si aún queda un poco de racionalidad en la filas del peronismo (ahora más dividido que nunca), es difícil que lo conviertan en jefe del bloque oficialista. Seguro que habrá tironeos y muchos sobornos en danza para conseguirlo. Pero quizás esa primera minoría, pese a maniobras de todo color, sufra pronto numerosas deserciones. La lealtad peronista sólo dura mientras dura el poder de un determinado jefe. Cuando ese jefe es cambiado por otro, se produce un acelerado reacomodamiento. ¿Acaso en los ´90 no eran todos menemistas? ¿Acaso después no fueron duhaldistas?
La ciudadanía debe contribuir a la paz interior. No dejarse seducir por llamados a la violencia, vengan de donde vengan. Es necesario que enfrentemos los problemas que nos deja la gestión kichnerista con la esperanza de poder superarlos. La nueva composición del Congreso tiene el deber moral de reencauzar la República hacia los caminos que la hicieron grande. Con estímulos a la productividad, con ideas oxigenadas, con verdadero patriotismo.

Marcos Aguinis
Nació en Córdoba, Argentina.. Escritor que ha transitado una amplia formación internacional en literatura, medicina, psicoanálisis, arte e historia. ació en Córdoba, Argentina. Escritor que ha transitado una amplia formación internacional en literatura, medicina, psicoanálisis, arte e historia.
En los últimos años todos sus títulos se convirtieron en best-sellers.
En el campo de los derechos humanos enfrentó temas polémicos que pusieron en riesgo su vida. Durante la última dictadura fue limitada la circulación de sus libros y algunos salían del país en forma clandestina..
Innumerables lectores admiran su visión profética sobre el conflicto árabe-israelí, las tensiones internas de la Iglesia Católica , el autoritarismo y el resurgimiento del fundamentalismo étnico y religioso.
Marcos Aguinis, ha recibido, entre otros, el
Premio Planeta (España), el Premio Fernando Jeno (México), Premio Benemérito de la Cultura de la Academia de Artes y Ciencias de la Comunicación , Premio Nacional de Sociología, Premio Lobo de Mar, Premio Nacional de Literatura, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, Premio Swami Pranavananda, la Plaqueta de Plata Anual de la Agencia EFE por su contribución al fortalecimiento de la lengua y cultura iberoamericanas, el Premio Esteban Echeverría (Gente de Letras), el Premio J. B. Alberdi (Hispanic American Center of Economics Research) y fue designado por Francia Caballero de las Letras y las Artes. Le otorgaron el título de Doctor Honoris Causa la Tel Aviv University (2002) y la Universidad de San Luis (2000). En 1995 la Sociedad Argentina de Escritores le confirió el Gran Premio de Honor por la totalidad de su obra.

lunes, 20 de julio de 2009

¿MITO O VERDAD? ¿Un hombre pisó la Luna? - PARTE 2

Fuente original: http://intercosmos.iespana.es/reportajes/luna/iker-jimenez-en-la-luna.htm

Respuesta a las pruebas en los videos en un programa presentado por Íker Jiménez del post anterior:

Se muestra la primera imagen, y afirma que "el módulo lunar se encontraba un poquito más allá" del lugar desde el que se tomó la fotografía. "Sin embargo -dice- se observa claramente que las sombras de las rocas lunares y la del módulo tienen direcciones muy diferentes". Apunta que algunos analistas, a los que llama "apoloescépticos", consideran esto como una prueba de que todo fue "iluminado con un foco artificial situado a tan sólo 10 metros":


La fotografía pertenece a la misión Apollo 14, aunque esto no es mencionado en el programa. ¿"Un poquito más allá", señor Camacho? A juzgar por el tamaño aparente del módulo y del astronauta, se encuentran a más de 50 metros de distancia. No es algo sin importancia. El hecho de que el módulo se encuentre alejado hace difícil decir hacia dónde apunta su sombra exactamente, dado que cuanto más lejos esté, la sombra aparecerá más horizontal en la fotografía. ¿Suena difícil de entender? Si observa esta serie de imágenes se dará cuenta rápidamente. Pero el factor fundamental que influye en la dirección de las sombras es el relieve del suelo, como podemos observar en las siguientes fotografías. Le invito a hacer la prueba: salga con su cámara a un parque cercano e intente obtener imágenes como éstas. Verá lo fácil que es.



Imágenes: cortesía de Jay Windley (izquierda) y Sean Kirby (derecha).
Mención aparte merece el término "apoloescépticos" para referirse a los teóricos de la conspiración. Podríamos también llamar a los creacionistas "escépticos de la evolución", pero no es un término muy adecuado, porque su postura parte del fundamentalismo religioso, no de una verdadera objeción científica. Algo parecido sucede en el caso de la Luna: los argumentos de la teoría de la conspiración no resisten el más mínimo análisis crítico.

La segunda imagen presentada en el programa muestra la parte del módulo lunar no iluminada directamente por el Sol, que se ve claramente en el cielo. Camacho afirma que "se ven detalles del módulo que deberían estar oscuros y que incluso el ingeniero que diseñó las cámaras Hasselblad que se llevaron a la Luna ha dicho que no tiene explicación para esta imagen, a menos que se haya utilizado iluminación artificial". "Uno podría suponer -continúa Camacho- que la propia superficie de la Luna, que es blanca (sic), pudo haber reflejado la luz; sin embargo es especialmente notable que abajo del todo de la pata, donde está en absoluta sombra, sin que nada de esa superficie blanca iluminada le pueda reflejar, también hay un brillo de iluminación que solamente puede provenir de algo que esté a más altura, es decir, de ese hipotético flash".



Jan Lundberg (cuyo nombre no es citado en el programa) fue el supervisor de la modificación de las cámaras "Hasselblad 500/EL Data Camera" que la NASA encargó a la compañía Hasselblad para su uso en la Luna. Eso no lo convierte en un experto al que haya que creer como autoridad en temas fotográficos. De hecho, Lundberg es ingeniero mecánico. La táctica de los teóricos de la conspiración consiste en aferrarse al testimonio solitario de un presunto experto que favorece sus hipótesis e ignorar al resto.

Es fácil darse cuenta de que la superficie lunar reflejaba parte de la luz del Sol e iluminaba débilmente la zona ensombrecida del módulo. El material dorado con que está cubierta la parte inferior del módulo lunar se llama Mylar y, como se puede comprobar, es muy reflectante. De hecho, su propósito era minimizar la cantidad de luz absorbida por el módulo, que se hubiera traducido en un aumento de su temperatura.
La parte más inferior de las patas en la que se refleja algo de luz se encuentra a varios centímetros por encima del suelo, por lo que puede perfectamente recibir luz del suelo iluminado de los alrededores. Por cierto, la Luna no es blanca, sino más bien gris.

Camacho continúa con su retahíla de patrañas. Cito literalmente: "Fíjate en esta imagen. La tobera inmensa del motor-cohete, 5000 kilos de empuje que eran capaces de levantar y mantener en el aire esta mole metálica, y que lanzaban gases incandescentes a gran presión. Sin embargo, ese chorro de gases fue incapaz de mover la más mínima de las pequeñas piedrecitas de un suelo que tiene una consistencia similar al polvo de talco. Tanto es así que vemos, en las imágenes de las patas del módulo lunar, que están perfectamente limpias. Es más, esto [refiriéndose a la pata y viendo otra fotografía], que debe pesar unas cuantas toneladas, no sólo no se hunde, sino que parece no tener ningún peso ni consistencia. Como si fuera -y ahí lo dejo- hecho de cartón-piedra. Como si fuera de decorado". Jiménez asiente con la cabeza.

¿Tobera inmensa? ¿5000 kilos de empuje? ¿Chorro de gases incandescentes a gran presión? Camacho no se caracteriza, por lo visto, por tener un conocimiento muy exhaustivo de cómo trabajaba el motor del módulo lunar.

El peso total del módulo lunar en la Tierra, listo para el despegue, variaba entre 15 y 18 toneladas (dependía de la carga de cada misión). Pero la gravedad en la superficie lunar es aproximadamente seis veces menor que en la Tierra, y gran parte de la carga del módulo era combustible que se utilizaba durante el descenso a la Luna (en concreto, unas 8 toneladas). Es decir, poco antes del alunizaje, el peso del módulo en la Tierra sería de unos 7.000 kilogramos. La Luna ejerce una sexta parte de esa fuerza. Por tanto, cuando el módulo alcanzaba la superficie, su peso era de unos 1.200 kilogramos. El motor sólo tenía que contrarrestar esa fuerza. 5000 kilogramos era su empuje máximo, pero se encontraba funcionando a menos del 25% de su potencia máxima cuando se acercaba a la superficie. La argumentación de Camacho, además de ignorante y errónea, es pura manipulación: "el inmenso y poderoso motor frente a las pequeñas piedrecitas". Pobres piedrecitas...

Si dividimos el peso del módulo en la Luna entre la superficie de sus patas, obtenemos la presión que ejercían éstas sobre el suelo lunar. Y, como podrá imaginar el lector, no es una presión muy elevada. Por ello, sólo se hundía unos centímetros en la superficie lunar.

Los gases emitidos por la tobera perdían presión y temperatura muy rápidamente tras su salida, debido a la rápida expansión que sufrían en el vacío del espacio. Pero evidentemente, el motor del módulo sí afectaba a la superficie al alunizar. Muchas fotografías muestran una ligera alteración del suelo lunar por debajo y cerca del módulo. Vea, por ejemplo, as12-47-6987, as14-66-9258 o as11-40-5921 (del Apollo Lunar Surface Journal) que muestran un cierto cambio de color debajo de la tobera del motor.

Los gases también barrían parte del polvo lunar de la superficie, pero no de forma masiva. Como se puede comprobar en los vídeos grabados automáticamente desde la ventanilla del módulo durante los alunizajes, la ausencia de atmósfera en la Luna permitía a las finas partículas eyectadas seguir una trayectoria parabólica durante unos segundos hasta caer unos metros más allá. No se formaba una turbulencia significativa, es decir, las partículas no regresaban hacia atrás, como ocurriría en un ambiente con atmósfera. Razón por la cual las patas del módulo no presentan suciedad.

"Y hablando de decorados -sigue Camacho-, si analizásemos en detalle esta otra imagen encontraríamos muchas cosas, pero nos vamos a centrar sólo en una de ellas. En esta piedra que hay en la esquina, que tiene algo que parece una C. La NASA dijo que era un pelo, que se les había colado al escanear la diapositiva. Lo realmente sospechoso es que se ha retocado la imagen, y la versión que actualmente podemos encontrar si vamos a la página web de la NASA no muestra nada en la roca".



La imagen pertenece al segundo paseo lunar del Apollo 16, en la región montañosa llamada Descartes. Pero nada de eso es mencionado en el programa. Cualquier persona que se haya tomado la molestia de consultar la extensa colección de vídeos grabados en la Luna, admitirá lo ridículo que es afirmar que se usaron decorados. Los astronautas del Apollo 16, por ejemplo, recorrieron gracias al coche lunar más de 25 kilómetros alrededor del área de alunizaje. El Apollo 17, anduvo unos 35 kilómetros en el espectacular valle de Taurus-Littrow.

Camacho pretende hacernos creer que en el supuesto montaje se utilizaron rocas de cartón-piedra como en un escenario teatral, ignorando la inmensa cantidad de rocas distintas que aparecen en las miles de fotografías de los paseos lunares. Como curiosidad, tan sólo las rocas traídas de vuelta por los astronautas están catalogadas con entre cinco y siete dígitos.

La imagen que contiene la "C" pertenece probablemente a la 3ª o a la 4ª generación desde la imagen original (la primera generación, es decir, los negativos originales, fueron copiados una vez después del revelado y están almacenados cuidadosamente desde entonces, mientras que la 2ª y la 3ª generación de negativos se usaron para las reproducciones siguientes). Como se puede observar en la ampliación de la imagen realizada por el Instituto Lunar y Planetario (LPI), la "C" es en realidad un pelo. Una segunda traza que parece ser la sombra de la parte superior del mismo es claramente visible. El pelo (o fibra) fue probablemente introducido de forma accidental durante la copia de uno de los negativos, y la imagen que incluía el pelo o fibra en forma de C fue seguramente propagada a diferentes publicaciones. Como es lógico, no es la única fotografía en la que aparecen pelos o fibras introducidos accidentalmente. Una copia de la imagen as11-40-5961 tiene... ¡hasta cuatro pelos!.

Por otra parte, afirmar, como hace Camacho, que la imagen que contiene la "C" es la original, y el resto son modificaciones, es un disparate. La "C" no aparece en ninguno de los originales de la fotografía; ni tampoco en ninguna de las copias de la fotografía anterior, as16-107-17445, tomada con unos segundos de diferencia, y que muestra la misma roca.

El resto de "cosas" a las que se refiere Camacho sobre la fotografía de la roca están tratadas al final de esta sección.

Y, para el final, el argumento más desternillante. Camacho muestra la siguiente fotografía y, ni corto ni perezoso, dice: "Esta bandera claramente se mueve. El problema es que en la Luna no hay aire, no hay atmósfera, no hay viento de ningún tipo".



La verdad, resulta sorprendente que a estas alturas se siga usando este argumento como si nada se hubiera dicho al respecto. Para empezar, en el momento de tomar esta fotografía la bandera se encontraba perfectamente quieta. No es difícil observar que estaba sujeta a un mástil horizontal superior, para que permaneciese estirada. Y los astronautas la arrugaron adrede al colocarla, como se puede ver en la grabación del paseo lunar del Apollo 11. Esto explica el movimiento aparente de la bandera en las fotografías.

El movimiento de la bandera que se puede observar en algunos vídeos de los paseos lunares se debe a que los astronautas giraban el mástil de un lado hacia otro para intentar clavarla un poco más hondo, o simplemente para observar cómo se comportaba en la baja gravedad lunar. Esto hacía moverse ligeramente de un lado hacia otro a la bandera, incluso unos segundos después de que los astronautas hubieran dejado de moverla. Pero evidentemente no hay ningún vídeo en el que la bandera ondee sola.
Como ejemplo, puede observar cómo los astronautas del Apollo 17 instalaban la bandera estadounidense en el vídeo a17v.1182126 (1'5 MB). En la página del ALSJ encontrará los vídeos del resto de misiones.

Para terminar con esta parte, sentencia Jiménez: "Ahí están las pruebas, ahí están los datos, y la opinión tiene que ser la suya". Sin comentarios. ¿Es posible un mayor grado de manipulación?

Intentando simular algo de neutralidad, Jiménez afirma contar con "opiniones de expertos de la NASA para quienes no todo esto está tan claro. Por ejemplo, tenemos el testimonio importante de Don Luis Ruiz de Gopegui, quien dirigía la estación espacial de Fresnedillas que fue tan importante durante el vuelo del Apollo 11". En comparación con los ocho minutos largos en los que Camacho ha podido explicar sin oposición su tesis, ¿adivinan cuánto tiempo duró en pantalla el testimonio "importante" de Gopegui? ¡32 segundos! A los que hay que restar unos cuantos debido a la pausada forma de hablar de Gopegui. El objetivo de Jiménez está claro: hacer parecer a Gopegui el portavoz soberbio de la "postura oficial", que lo niega todo sin entrar en detalles. Jiménez y su equipo son unos maestros en este tipo de manipulaciones. Ya contaba hace unos días en su bitácora Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona y conocido divulgador y escéptico, cómo Gopegui había sido engañado para conceder la entrevista.

El segundo testimonio es el del "especialista Allan Davis, técnico, ingeniero de la NASA en la estación de seguimiento de la isla de Antigua". En lo que, nos aseguran, son declaraciones a una cadena local en Granada (suponemos que el país de las Antillas), Davis afirma que "la NASA sabe con mucha fiabilidad que existe vida fuera de nuestro Sistema, otras razas que vienen a la Tierra de vez en cuando para realizar una visita de cortesía. Este pueblo visitante existe hoy, como ha existido hace mil o dos mil años". Y, refiriéndose a las misiones Apollo, dice: "Y de pronto, yo escuchando (sic) una conversación muy curiosa, yo sentí que alguien más estaba mirando todas las actividades de los astronautas."

La declaración del tal Davis es una clara alusión a una grabación de audio atribuida al paseo lunar del Apollo 11, que circula desde hace años en Internet, y que emitió Jiménez en su programa. Como ya expliqué en mi artículo ¿Extraterrestres en la Luna?, es muy fácil demostrar que la grabación es una falsificación, y bastante mala, por cierto. Para empezar, el diálogo es de risa, la voz ni siquiera se parece a la de Armstrong y Aldrin, y la grabación real del paseo lunar del Apollo 11 está disponible de forma íntegra para quien quiera verla.
Pero lo más importante es que el pitido que se oye (llamado Quindar) debería acotar sólo los comentarios del Capcom (la persona que hablaba con los astronautas desde Houston). Sin embargo, en la 'grabación ovni' se utiliza arbitrariamente al menos en una ocasión. Además, en las misiones genuinas la frecuencia del tono de entrada difería del tono de salida en 50 Hercios (el de entrada era ligeramente más agudo) y duraba exactamente 250 milisegundos, mientras que en esta grabación no hay diferencia entre ellos (se usa el mismo tono de entrada y de salida) y dura aproximadamente 280 milisegundos, excepto el primero, que dura unos 235 ms. Parece complicado, pero es fácil comprobarlo con un programa editor de audio, como GoldWave, por ejemplo.

Un tiempo después de analizar la grabación, tuve conocimiento de que el escéptico Kentaro Mori había investigado y descubierto su procedencia, a raíz de su emisión en la televisión brasileña. Como explica en su artículo, 'Houston, tenemos un fraude', el audio proviene de un pseudo-documental de los años setenta, llamado "Alternativa 3", destinado a ser emitido el Día de los inocentes.

Pero los autoproclamados "investigadores de lo paranormal" tienen por costumbre investigar poco o nada (porque de lo contrario acabarían con los "misterios sin resolver", que son su fuente de ingresos), y no se han molestado en analizar la grabación y compararla con las genuinas, ni en preguntar a aficionados a las misiones Apollo. Se contentan con emitirla una y otra vez en sus programas esotéricos, confiando en que su por lo general poco informada audiencia y sus fanáticos seguidores no se den cuenta de estas minucias que estropean el emocionante misterio.

Conociendo los antecedentes de algunos entusiastas de los ovnis, como Otto Binder o Maurice Chatelain, que no tuvieron reparos en hacerse pasar por ex-empleados de la NASA para difundir ésta y otras falsas historias sobre los viajes Apollo, no me extrañaría nada que Allan Davis (si ése es su verdadero nombre) nunca haya pertenecido a la NASA. No descarto que trabajase para un subcontratista de la agencia espacial en la isla de Antigua, pero no he encontrado pruebas de ello.
De todas formas, la estación de seguimiento de Antigua era secundaria. Se utilizaba durante la breve estancia de la nave en órbita baja terrestre, sólo unas horas tras el lanzamiento. Una vez que la nave Apollo se alejaba de la Tierra en su camino a la Luna, no era necesario mantener las comunicaciones mediante estas estaciones de seguimiento, diseminadas por la zona ecuatorial del globo, ya que se usaba para ello las tres grandes antenas situadas en California, Madrid y Australia, que se iban turnando cada 8 horas debido a la rotación de la Tierra. Las estaciones de seguimiento como la de Antigua (o la de Canarias) servían entonces como mero apoyo a las antenas principales, y eran perfectamente prescindibles.

Por último, Jiménez anuncia lo que parece ser todo un bombazo: "unas declaraciones impactantes de Aldrin, que después de 36 años ha admitido que un ovni acompañó a la nave en su viaje al satélite natural de la Tierra, del que hicieron fotografías. En un principio creyeron que era el propulsor de la nave, que se había desprendido, pero luego se comprobó que se trataba de un ovni". Por supuesto, no mostraron ninguna prueba. Pero da igual, porque después de la emisión de la falsa 'grabación ovni' la audiencia ya está predispuesta a creer cualquier cosa que se diga en el programa.
En primer lugar, Aldrin no dijo textualmente eso. La expresión "un ovni acompañó a la nave" suena muy efectista, pero la realidad es bien diferente. El hecho al que se refieren ya era conocido, y no es nada espectacular. Escribí sobre ello a James Oberg, ingeniero y experto en temas espaciales, toda una referencia en el análisis juicioso y racional de los ovnis. Me contestó lo siguiente:


La tripulación describió varios objetos que vieron acompañándoles durante el vuelo a la Luna. Todos viajaban en la misma dirección que la nave, a la misma velocidad y no hicieron ningún cambio de rumbo durante todo el tiempo en el que fueron observados. Algunos de ellos destellaban de vez en cuando, de la misma forma en que lo hacen los objetos que se encuentran girando a la deriva en el espacio, iluminados por la luz del Sol. La suposición obvia, que nada ha contradicho, es que eran objetos provenientes de la nave o del cohete lanzador. (...) Algunos hicieron conjeturas acerca de lo lejos que estaría de la nave cualquier objeto antes perteneciente al cohete, pero estas conjeturas dependían de estimaciones muy inciertas sobre la velocidad a la que se habían separado, al final del lanzamiento.
Cualquier nueva fascinación por avistamientos que concuerdan completamente con lo que ocurre de forma ordinaria en los vuelos espaciales, me parece bastante tonta y desesperada.
No puedo estar más de acuerdo con Oberg (y con su reflexión final). Diversas partes del cohete seguían después de su separación una órbita casi idéntica a la de la nave, siendo divisadas a veces por los astronautas, que obviamente no podían saber qué era exactamente lo que estaban viendo. La etapa S-IVB, por ejemplo, que les proporcionaba el impulso necesario para llegar a la Luna, acababa en casi todas las misiones impactando contra la superficie lunar (siendo detectada por los sismómetros instalados allí por varias misiones, lo que servía para conocer mejor el comportamiento del interior de la Luna).
Para acabar, me gustaría citar las palabras de Martin Gardner, escéptico y autor de numerosos libros divulgativos sobre las matemáticas, con motivo de una reunión en la que protestaron por los documentales pseudocientíficos de una cadena estadounidense (publicado en 'La ciencia. Lo bueno, lo malo y lo falso'. Alianza Editorial, 1988. Pág. 13):


« Un directivo gritaba enfadado: "¡Tengo que producir algo que obtenga elevadas tasas de audiencia!". Y yo me dije: esto debería quedar grabado sobre su lápida. Desde luego no era eso lo que quería decir. Un documental sobre los adulterios del presidente John Kennedy, por ejemplo, alcanzaría una fantástica audiencia. Todo lo que se dijera sería verdad, e incluso se podía argumentar que aquello no era sino un servicio al votante americano, que se encuentra perpetuamente engañado por las cuidadosamente urdidas imágenes de los líderes políticos. ¿Por qué no produce esa película la NBC? Pues porque sería de mal gusto; porque a la larga podría dañar la imagen pública de la propia NBC. El hecho triste era que ni un solo directivo de la NBC de los que se hallaban allí reunidos sabía lo suficiente sobre ciencia como para darse la más mínima cuenta de hasta qué punto eran de mal gusto sus estúpidos programas sobre lo paranormal. »


Fuente: http://intercosmos.iespana.es/reportajes/luna/iker-jimenez-en-la-luna.htm